La Ballena Azul 

El animal más grande del planeta, con sus 30 metros de longitud, sus más de 100 toneladas, dominando con su majestuosa figura los océanos, hablamos del Balaenoptera musculus, más conocida como la ballena azul, también se la puede encontrar con el nombre de rorcual azul. 

Si bien no conocemos muchas de sus facetas, esto puede contribuir a fortalecer las leyendas que giran a su alrededor. Hay mitos y leyendas muy variadas, pero si hay algo que todas ellas tienen en común, es que siempre se las ha considerado como seres excepcionales. En la Grecia antigua eran los seres que protegían a los viajeros y, tanto defines como ballenas, eran sagrados.  

 Entre las historias contadas en alta mar, una refiere que nuestro primer antepasado viajó a Nueva Zelanda en el lomo de una ballena azul y que desde ese momento se los consideró como seres poderosos y sobrenaturales. 

Hoy hablaremos sobre la Ballena Azul, una de las especies en mayor peligro de extinción. ¿Tomaremos conciencia sobre la preservación de este animal? ¿Aprenderemos un poco de su vida? ¿Cómo podemos ayudarlas? La mano del hombre hace que este mundo sea poco piadoso para ellas. 

Algunos datos interesantes para comenzar a conocerla. La ballena azul más grande que se ha registrado medía 33 metros de largo, el equivalente a tres vagones de ferrocarril, con un peso de 190.000 kilogramos. Podríamos compararla con 32 elefantes africanos. Otro dato curioso es que, si nos remontamos a los animales más grandes que habitaron este planeta, los majestuosos dinosaurios, las ballenas son seis veces más grandes. 

Su corazón pesa 2.000 kilogramos, casi el tamaño de un automóvil y bombea 230 litros de sangre por latido sobre un total de 15.100 litros de sangre que contiene todo su sistema circulatorio. Su cerebro en cambio es apenas de 19 kilogramos, el 0.01 % de su peso corporal. 

Son excelentes nadadoras, su velocidad habitual es de 22km/h, aunque mientras se están alimentando, su velocidad desciende bastante, oscilando entre 2 y 6,5 km/h. Pero si se sienten amenazadas, pueden alcanzar velocidades cercanas a los 50km/h. 

A pesar de su gran tamaño os sorprenderá saber que toda su alimentación está basada en exclusiva en un pequeño animalito parecido a un camarón, llamado krill. Esta ballena tiene entre 55 y 80 surcos (pliegues ventrales) paralelos a su cuerpo y a lo largo de su garganta. Estos pliegues ayudan a la evacuación del agua de la boca después de sus grandes embestidas para alimentarse, reteniendo así, con este sistema de filtrado, el ansiado Krill. En edad adulta pueden consumir unas 4 toneladas de krill al día. 

Su época de apareamiento comienza a finales de otoño y dura hasta finales del invierno y las hembras dan a luz tras un periodo de gestación de diez a doce meses. La cría pesa casi tres toneladas y mide alrededor de 8 m de longitud. Los ballenatos beben unos trescientos ochenta litros de leche al día y aumentan unos noventa kilogramos de peso también al día. ¡Son los bebés más grandes de este mundo! 

Debido a su tamaño, velocidad y fuerza, este preciado animal no fue cazado durante muchos años, esto se debía en gran parte a la falta de infraestructuras de los barcos que no podían izar y sacar del agua su descomunal cuerpo una vez cazado. 

Más adelante, la llegada de los barcos de vapor marcó con sangre su exterminio. Entre 1930 y 1960 estuvieron al borde de la extinción debido a la caza intensiva que los balleneros llevaron a cabo para obtener su aceite. Fue cazada sin piedad en todos los mares de la Tierra contabilizando a fines del siglo XX apenas un diez por ciento de la población original. 

Sin contar con la mano del hombre, este majestuoso animal no tiene depredadores naturales. Suelen sufrir algún ataque de orcas o tiburones pero, en realidad, en la mayor parte de las ocasiones, su amenaza principal es quedar heridas o morir a causa de choques con grandes embarcaciones. 

Según la National Geographic, en 1966 la Comisión Ballenera Internacional determinó su protección, pero desde entonces su situación solo ha mejorado ligeramente. En la actualidad, lamentablemente, las ballenas azules están clasificadas como especie en peligro de extinción en la Lista Roja de la Unión para la Conservación Mundial. 

¡¡¡Afortunadamente aún podemos observar la majestuosidad de estos animales buceando!!! 

Aunque no tenemos el placer de verlas en aguas de Eivissa, ya que su ruta no pasa por nuestra isla, sí es muy común observar en invierno la ballena rorcual común, de la que os hablaré más adelante. Y también nuestros amados delfines, que han sido protagonistas de uno de nuestros anteriores blogs. 

Como cada fin de año, nuestro centro de buceo SCUBA IBIZA organiza viajes a distintos mares del mundo para conocer, disfrutar y ver en su hábitat diferentes especies. Pero la experiencia que os contaré a continuación no ha sido con ellos. Ocurrió en mis inicios como buceadora. Mi destino: Sri Lanka. El mejor sitio para bucear y nadar con ballenas, debido a la gran cantidad de ejemplares que suelen concentrarse en estas aguas asiáticas. 

El día se presentó soleado, el mar planchado, perfecto para un buceo tan esperado y todo el grupo de buceadores estaba listo para la nueva aventura. Ya con los equipos preparados nos disponíamos a escuchar el briefing y recuerdo que llamó mi atención la explicación sobre cómo nadar con ellas. La idea ante la posibilidad de un encuentro con ballenas me resultaba gratamente impactante. 

De pronto, el capitán interrumpió la charla para que todos fuéramos a babor para ver una ballena que pasaba a nuestro lado para saludarnos antes de la inmersión, ¡¡la sensación era descomunal y aún no nos habíamos sumergido!! Según él, ese ejemplar mediría unos 18 metros. 

Lo que recuerdo de aquella charla era que, principalmente, debíamos intentar bucear y nadar todos en el mismo lado de la ballena. La razón se basaba en que éstas, al tener los ojos situados lateralmente, no tienen visón periférica, de esta manera, si nos distribuíamos a cada lado, se sentiría rodeada y podría reaccionar de forma brusca e intentar escapar. Por otro lado, si bien son seres inofensivos, un coletazo de tantas toneladas de peso podría provocar algún accidente no deseado. Nos contó también que las ballenas azules suelen vivir en solitario o en pareja y que ocasionalmente se las podía ver en pequeños grupos, pero que seguramente ese día veríamos únicamente un ejemplar. 

Una increíble experiencia que difícilmente se puede poner en palabras, solo puedo decir que fue una de las mejores vivencias que experimenté en mi vida. 

Algo más para contar es lo ruidosas que son. La primera vez que las escuché no salía de mi asombro. Al salir de la inmersión pregunte al guía si le sucedía algo a la ballena o si era normal y éste me contó que las ballenas azules emiten distintos gemidos y tipos de gruñidos y que éstas pueden comunicarse entre sí a más de 1.500 kilómetros de distancia. Se cree que, además de utilizarlo para la comunicación submarina de largo alcance, también lo utilizan para poder navegar en las oscuras profundidades del océano. 

Las ballenas pueden emitir llamadas de unos 10 a 30 segundos de duración, incluso se han registrado “cantos” de cuatro notas que duran unos dos minutos. Aunque se han hecho muchos estudios, este tipo de sonidos nunca se ha observado en ninguna otra población, por lo que se llegó a la conclusión que este fenómeno puede ser una característica exclusiva y única de la ballena azul. Los motivos por lo que emiten estos sonidos aún son desconocidos. 

Pero en 1995 Richardson habla de seis posibles motivos: 

  1. Para mantener la distancia interindividual, 
  1. Para el reconocimiento de la especie, 
  1. Para la trasmisión de información contextual (por ejemplo: alimentación, alarma, cortejo, etc.), 
  1. Para el mantenimiento de la organización social (por ejemplo: llamadas entre machos y hembras), 
  1. Para informar sobre rasgos topográficos 
  1. Para informar sobre la posición de fuentes de posibles presas. 

Lamentablemente, hoy en día las ballenas son víctimas principalmente de la caza indiscriminada de algunos países como Japón, debido a que su carne es utilizada en productos cosméticos y suplementos alimenticios. Y lo terrible de esto es que los métodos que se utilizan son inhumanos. Para matarlas, se utilizan arpones con granadas que las someten a una muerte lenta y dolorosa. 

Por otro lado, la amenaza contra la especie aumenta si tenemos en cuenta su baja capacidad de recuperación ya que tiene periodos de gestación largos (de un año) y que tienen tan solo paren una o dos crías por embarazo. Este es el motivo por el que la población de las ballenas se recupera mucho más lentamente, en comparación con otras poblaciones de animales más pequeños y que tienden a invertir menos tiempo y esfuerzo en su reproducción. 

Mientras lees este mensaje, una ballena azul seguramente se está resistiendo en la soledad del gran azul a ser cazada. Tal vez algún día podamos ver a estos gigantescos y majestuosos animales en libertad sin sobresaltos, protegidos y cuidados por todos los países de este planeta. 

Y entonces habremos demostrado que los seres humanos pertenecemos a una raza compasiva e inteligente. 

Ya sea desde la orilla o en una embarcación… 

Observa los océanos, fija tu mirada en el mar, siéntelo, respira… ellos nos proporcionan la mitad del oxígeno que respiramos… donde las leyendas cobran vida y la realidad se convierte en fábula. Desconocidos mundos, desconocidas historias, solo custodiadas por un furioso e indefenso mar. 

Carla Villari. 

Referencias: 

  • National Geographic 
  • ABC Sociedad 
  • Wikipedia 
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